¿Te sientes con ansiedad o sensación de angustia? ¿Sientes que no puedes controlarlo y que te desborda? ¿Quieres saber si podrás mejorar esa sensación?
En mi consulta tendrás un espacio de escucha, libre de juicios personales y de exigencias. Un espacio de respeto y comprensión que te ayudará a superar tu ansiedad.
Atiendo a jóvenes con problemas de ansiedad.
Atiendo a adultos con problemas de ansiedad.
¿No eres capaz de superar tu ansiedad?
Puedo ayudarte con terapia psicológica profesional
El precio final de la terapia dependerá en gran medida de las sesiones que sean necesarias para lograr superarla. En promedio, se necesitan entre 12 y 18 sesiones, aunque recuerda que se trata de un número aproximado y que cada caso se trata de forma personalizada.
Para asegurarme de ofrecerte la terapia que mejor se ajuste a tu casuística, ofrezco a mis pacientes una primera entrevista informativa totalmente gratuita. En esta primera entrevista, seremos capaces de valorar tus síntomas de ansiedad y de elaborar una terapia adecuada que se ajuste a tu caso concreto.
Aquí tienes el detalle de mis tarifas para hacer terapia:
Si lo que buscas es un psicólogo profesional especializado en ansiedad en Madrid puedo ayudarte. Ofrezco sesiones online y físicas en mi consulta situada en Móstoles.
Si te surgen dudas sobre mi forma de trabajar o cómo puedo ayudarte a superar tu ansiedad, estoy a tu disposición a través del correo electrónico pedrohoyos@hoyospsicologo.com o por teléfono al 666 15 71 78. Estaré encantado de resolver cualquier duda que te pueda surgir sobre el tratamiento de la ansiedad que realizo.
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Atiendo a pacientes en toda la comunidad gracias a mi servicio online.
Empecemos por definir qué es la ansiedad. Tanto el miedo como la ansiedad son respuestas de nuestro organismo ante lo que percibe como una amenaza para su integridad física o mental.
La ansiedad se activa por un estímulo más difuso que una amenaza concreta, se trata de una reacción anticipatoria ante una amenaza futura, mientras que el miedo se presenta ante una amenaza concreta (imaginaria o real). Ambos sentimientos activan una respuesta de huida o de lucha y nos preparan para la acción. En muchas ocasiones estos sentimientos resultan vitales.
El sentimiento de ansiedad es universal, todos lo vivimos a lo largo de nuestras vidas en situaciones como entrevistas de trabajo, exámenes o presentaciones en público. El problema se presenta cuando esta ansiedad o miedo son desproporcionados, nos limitan o los estímulos que los generan no representan objetivamente un peligro real. Hablamos en estos casos de una ansiedad desadaptativa o trastorno de ansiedad que provoca sufrimiento o limita la vida de la persona que la padece.
A diferencia de las sensaciones que experimentamos cuando estamos inquietos o nerviosos, los síntomas de ansiedad son desproporcionados y no se suelen ajustar a la verdadera intensidad del estímulo que los provoca.
Estos síntomas de la ansiedad escapan a nuestro control y tienen un carácter recurrente, llegando incluso a provocarnos un fuerte malestar e interfiriendo de forma negativa en sus diferentes esferas de actuación.
Si tienes algunos de los siguientes síntomas, te aconsejo que me contactes para que pueda ayudarte de forma personal:
Recuerda que tanto el miedo como la ansiedad son emociones no producidas por nuestra mente racional o consciente sino por el subconsciente. Por lo que la mayoría de las personas que sufren de ansiedad son conscientes de que su miedo es “irracional” pero son incapaces de evitar sentirse de esta forma. Todas estas sensaciones escapan al control de la corteza prefrontal ya que se originan en la parte antigua de nuestro cerebro.
Nos preguntamos entonces, ¿por qué nuestro subconsciente nos produce síntomas desagradables que nos generan sufrimiento? ¿Cómo es posible que esto suceda? Ten en cuenta que a muchas personas les cuesta entender que su ansiedad tiene un sentido y un por qué. Para entenderlo, es necesario recurrir a nuestra parte consciente e inconsciente.
A nivel consciente, los síntomas del miedo o la ansiedad pueden parecernos muy desagradables y los rechazamos, pero a nivel inconsciente es muy distinto. Una de las funciones principales de nuestro inconsciente es garantizar nuestra supervivencia, por lo que se suele activar ante el menor signo de peligro.
Desde el comienzo de la humanidad, la ansiedad y el miedo eran respuestas acordes a las amenazas que se presentaban ante el enfrentamiento a depredadores o luchas cuerpo a cuerpo con otros humanos. Sin embargo, en la actualidad los peligros a los que hacemos frente no suelen requerir una respuesta física, por lo que la adrenalina que generamos para huir o luchar resulta inútil.
Los seres humanos seguimos activando esta respuesta excesiva para enfrentarnos a los peligros a los que nos enfrentamos en nuestro día a día. Esto resulta en una sobreactivación que nos mantiene en una estado de ansiedad y tensión casi constante. Llegados a este punto, tanto el miedo como la ansiedad ya no son mecanismos de defensa y protección ante el peligro y acaban perdiendo su valor al activar de forma innecesaria.
La realidad es que, aunque la respuesta se genere ante un estímulo que no es objetivamente peligroso, el cerebro que sufre de ansiedad sí percibe el estímulo como una amenaza y reacciona en consecuencia.
Existen varios factores que aumentan el riesgo de sufrir un trastorno de ansiedad, destacamos los siguientes:
Las personas que en su infancia no se sintieron suficientemente queridas, se vieron excesivamente controladas, fueron sobreprotegidas, o, por el contrario, escasamente protegidas, pueden desarrollar un temperamento inseguro, ser más pesimistas, tener baja tolerancia a la incertidumbre y a la frustración, y ser más propensas a desarrollar un trastorno de ansiedad.
Algunas personas han generado un nivel de autoexigencia excesivo. A la hora de enfrentarse a los retos de la vida necesitan establecer un control estricto sobre sus actos generando así ansiedad por no permitirse cometer errores.
Se ha observado que existe un componente hereditario del trastorno de ansiedad (aunque no se pueda afirmar que exista un gen concreto que genere ansiedad).
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Cuando una persona sufre de ansiedad moderada puede funcionar a nivel social, pero existe riesgo de que el trastorno de ansiedad empeore si no se diagnostica o se trata. Esto puede significar que la persona afectada asuma una serie de comportamientos extremos con el objetivo de garantizar su “seguridad”. Es por ello que es bastante común que estas personas lleguen a evitar el contacto social y eviten hasta salir de casa, lo que los aisla cada vez más.
Esto puede implicar consecuencias negativas a nivel familiar, social y laboral. En casos extremos, pueden complicarse muchísimo hasta las actividades más sencillas cómo salir a hacer la compra.
Los síntomas del trastorno de ansiedad pueden complicarse y derivar en otros trastornos. Destacan los siguientes:
Mucho más allá de estos trastornos derivados, aquellas personas que sufren de ansiedad son más propensas a desarrollar un cuadro depresivo (la ansiedad y la depresión suelen ser trastornos que van de la mano). Como dato, se estima que el 40% de las personas con depresión sufren de trastornos de ansiedad.
Por otro lado también destacan los problemas de índole sexual como la disminución de la líbido o el uso de sustancias como alcohol y drogas cómo válvulas de escape.
Por todo ello, es común que las personas con ansiedad experimenten:
Para el tratamiento de la ansiedad utilizo un enfoque integrativo, combinando las técnicas que requieran las circunstancias, siempre únicas, de cada persona. Trato de generar contigo un espacio de escucha, de respeto y confianza, libre de juicios, un vínculo terapéutico sobre el que bajo mi guía puedas empezar a poner palabras a todo aquello que, hasta entonces, desconocías de ti mismo/a y te superaba.
Conmigo conseguirás:
Para diagnosticar la ansiedad es necesario entender tu sintomatología e historial médico. En algunos casos, también es posible que sea necesario un examen físico y algunas pruebas de laboratorio para confirmar que no existan otros problemas de salud que sean la causa de tus síntomas.
Una vez confirmado que tus síntomas no provienen de ningún problema de salud físico, será necesario llevar a cabo una evaluación psicológica.
Habitualmente, se puede tratar la ansiedad a través de varios métodos, a saber:
La evidencia científica nos dice que la psicoterapia es la forma más eficaz de tratar la ansiedad. Con frecuencia se usa la terapia cognitivo-conductual. Gracias a la terapia cognitivo-conductual, las personas son capaces de aprender nuevas formas de pensar, comportarse y reaccionar ante todo tipo de situaciones consiguiendo así reducir la ansiedad. Su principal limitación es que se centra solo en los síntomas y no se interesa por las causas profundas que originaron el malestar. Por lo que los síntomas a veces reaparecen a medio o largo plazo de distintas formas.
Otra alternativa de tratamiento para la ansiedad a través de la psicoterapia es la terapia de aceptación y compromiso. Se trata de una terapia con un enfoque distinto al de la terapia cognitivo-conductual para los pensamientos negativos. La terapia de aceptación y compromiso entiende que estos pensamientos son inevitables y, en lugar de luchar contra ellos, utiliza estrategias como el establecimiento de metas o la atención plena para reducir la ansiedad.
Cuando los tratamientos centrados en el síntoma son insuficientes, la psicoterapia psicoanalítica ha demostrado su eficacia. La psicoterapia psicoanalítica consiste en hacer consciente lo inconsciente e integrar en nuestra personalidad los sentimientos reprimidos que nos hacían daño. Consiguiendo así, por añadidura, reducir o incluso eliminar la ansiedad de forma más permanente en el tiempo.
Sin embargo, debes recordar que cada persona puede requerir un tipo de terapia u otra según su situación personal.
El uso de fármacos y medicamentos es bastante común a la hora de tratar la ansiedad. Existen diferentes tipos de medicamentos que pueden ser más o menos eficaces:
Hay personas que obtienen un gran beneficio al acudir a grupos de apoyo o de autoayuda para compartir sus problemas y logros con otros. Estos grupos de apoyo están disponibles online y en reuniones físicas. Es importante recordar que los consejos y/o comentarios que se reciben por parte de otros miembros deben tomarse con cautela y nunca reemplazar las recomendaciones de un psicólogo especializado en ansiedad.
Practicar un estilo de vida saludable es una de las formas de tratar la ansiedad, aunque es poco probable que por sí solo esto pueda reemplazar un tratamiento psicológico profesional contra la ansiedad.
Escoger opciones saludables en nuestro día a día (dormir más de 7 horas, reducir el consumo de cafeína, etc.) puede reducir drásticamente los síntomas de la ansiedad si se combina con un tratamiento psicológico adecuado.
Atención por videollamada, Skype, Zoom o teléfono. La experiencia nos ha enseñado que la calidad del servicio no disminuye con respecto a la atención presencial. La calidez del vínculo que se establece entre cliente y psicólogo es la misma y el precio por sesión es menor. Además, ofrece las ventajas de una mayor adaptabilidad a los horarios y tiempo disponible del cliente y sus necesidades personales.