¿Sufres de ataques de ansiedad? ¿Sientes que no puedes controlar estos ataques? ¿Quieres saber si podrás librarte de esa sensación?
En mi consulta tendrás un espacio de escucha, libre de juicios personales y de exigencias. Un espacio de respeto y comprensión que te ayudará a superar tus ataques de ansiedad.
Atiendo a jóvenes con problemas de ataques de ansiedad.
Atiendo a adultos con problemas de ataques de ansiedad.
¿No eres capaz de controlar tus ataques de ansiedad?
Puedo ayudarte a combatirlos con tratamiento psicológico profesional
También conocido como crisis de ansiedad, crisis de angustia o crisis de pánico, el ataque de ansiedad es básicamente una sensación súbita de miedo o malestar intenso que alcanza su máxima intensidad en apenas pocos minutos.
Este malestar se manifiesta a través de una serie de síntomas físicos, que pueden llegar a ser muy variados en función de cada persona, junto con una intensa sensación de que algo malo nos va a suceder. Para entender la magnitud de esta sensación, en el momento de máxima crisis de ansiedad, muchos creen estar sufriendo un ataque cardíaco.
Los ataques de ansiedad pueden surgir repentinamente, pero siempre vienen de un estado de ansiedad previo, del cual a veces no somos conscientes. El ataque suele llegar a un pico de intensidad para después empezar a ceder, no soliendo durar más de 30 minutos.
Al terminar la crisis de ansiedad, la persona afectada puede volver a su estado anterior de calma o ansiedad, aunque en algunos casos, se mantiene un nivel moderado de ansiedad hasta incluso llegar a revivir la crisis de angustia más adelante.
Lo más complicado en muchas ocasiones es identificar un ataque de ansiedad. Se puede manifestar de varias formas en función de cada persona. Algunos sufren únicamente algunos de los síntomas, mientras que otras personas sufren la totalidad de estos síntomas.
La principal característica de un ataque de ansiedad es la aparición aislada y temporal de miedo o malestar intenso, y suele venir acompañado de una serie de síntomas somáticos o cognitivos:
Aunque se conozca la causa física de los ataques de ansiedad (la hiperactivación de la amígdala al sentir que estamos en peligro), es importante descubrir las causas psicológicas que nos generan esta señal de alarma.
Muchas personas que sufren un ataque de ansiedad intentan encontrar la causa en lo que ocurrió justo antes del ataque de pánico, pero la causa real no se encuentra ahí. Lo que generalmente ocurre es que una situación concreta sea la detonante del ataque en sí, pero es nuestro subconsciente el que nos mantiene alerta. Cualquier mínimo estímulo que nuestro cuerpo identifica como amenazante puede ser la chispa que lo desencadena, pero no la causa última del problema.
Detrás de los ataques de pánico existe una creencia (consciente o inconsciente) de que hay algo con lo que no somos capaces de lidiar, algo que escapa a nuestro control y a lo que no podemos enfrentarnos con los recursos que tenemos a nuestro alcance.
El tratamiento psicológico nos permite encontrar el origen real de nuestro trastorno de ansiedad, además de proveer a las personas que lo sufren de herramientas y estrategias que les ayuden a controlar su ansiedad y a mejorar su vida.
La causa mediata de todos nuestros síntomas es el desconocimiento de nosotros mismos, de nuestra mente y nuestro cuerpo. Con frecuencia, el origen estructural de una ansiedad elevada está en un apegamiento excesivo a nuestra unidad familiar (o a un miembro de la misma).
Es ley de vida que todos debemos dar los primeros pasos, los primeros retos que nos producen angustia porque escapan a nuestro total control, y que implican poder perder, fallar o que algo inesperado suceda. Una falta de protección o excesiva protección en la infancia/adolescencia producen apegamiento excesivo, son impedimentos para que la persona dé sus primeros pasos y gane seguridad, aplomo y madurez.
La suma de situaciones estresantes independientemente de su origen (colegio, universidad, trabajo, viajes, problemas económicos y/o familiares, enfermedades, etc.) pueden generar una sensación tan alta de ansiedad que corren el riesgo de convertirse en crisis de ansiedad. El estrés suele ser uno de los principales motivos de las crisis de pánico.
Las situaciones traumáticas que han dejado huella en nuestra memoria pueden ser la causa de un ataque de ansiedad. Son situaciones en las que experimentamos un miedo intenso, angustia o inseguridad. Se pueden asociar estas sensaciones a lugares, objetos o incluso personas. Cada vez que nos reencontramos con ello nuestra mente nos recuerda esa angustia y ansiedad, y puede acabar generando una crisis.
Estos ataques pueden ser respuestas aprendidas de nuestra infancia ante situaciones que nuestra mente percibe como peligrosas o que nos generan miedo. En ocasiones puede deberse a un comportamiento de imitación de la conducta de los padres. Muchos niños aprenden a reaccionar con ansiedad ante lo mismo que sus padres: animales, objetos o situaciones.
Cuando tratamos de que el ataque no suceda y no paramos de autochequear nuestros signos de ansiedad, o de rumiar sobre ello tratando de controlar todos los elementos de la situación que nos generan temor, alimentamos, paradójicamente, la ansiedad y el posible ataque.
¿No eres capaz de controlar tus ataques de ansiedad?
Puedo ayudarte a combatirlos con tratamiento psicológico profesional
El mayor peligro de las crisis de ansiedad es el desarrollo de agorafobia.
Recuerda que los ataques de ansiedad aparecen de forma repentina e inesperada, y en muchos casos sin una razón aparente. Las personas que sufren un ataque de ansiedad suelen temer que les vuelva a ocurrir (miedo al miedo), lo que genera una espiral de miedo que perpetúa el trastorno de ansiedad.
Al preocuparte por sufrir otra crisis, aumenta tu nivel de ansiedad, lo que a su vez te predispone a volver a sufrirla. En muchas ocasiones, al no conocer la causa de la crisis de ansiedad, las personas suelen asociar el lugar en el que sufrieron el ataque con la ansiedad misma, y procuran evitar lugares o situaciones. Asimismo, evitan determinados lugares en los que creen que no podrían ser auxiliados si sufrieran un nuevo ataque.
Como no se detecta la causa real, las personas que sufren estas crisis de angustia empeoran su situación. Estos ataques se repiten una y otra vez, se vuelven personas más inseguras y dependientes y en general su calidad de vida disminuye, ya que el miedo condiciona sus vidas.
¡Libérate de esa amenaza, aprende a conocer tus emociones y comienza a respirar tranquilidad con ayuda profesional psicológica!
Como psicólogo especializado en el tratamiento de ataques de ansiedad, mi principal objetivo es el de ayudarte a conocer mejor tus emociones y disminuir tu ansiedad.
Juntos, descubriremos las causas reales de tu ansiedad y superaremos tus miedos con técnicas psicológicas probadas que se centran tanto en el aspecto cognitivo y consciente como a nivel subconsciente y emocional. Juntos seremos capaces de superar tus problemas de raíz.
El precio final del tratamiento para controlar las crisis de ansiedad dependerá en gran medida de las sesiones que sean necesarias para lograr superarlas.
Para asegurarme de ofrecerte el tratamiento que mejor se ajuste a tu casuística, ofrezco a mis pacientes una primera entrevista online informativa totalmente gratuita. En esta primera entrevista, comenzaremos a diagnosticar tus ataques de ansiedad y a elaborar un principio de tratamiento adecuado que se ajuste a tu caso concreto.
Aquí tienes el detalle de mis tarifas para el tratamiento de las crisis de ansiedad:
La principal diferencia entre un ataque de ansiedad y la ansiedad normal es la intensidad de los síntomas, la cual es mucho mayor en las crisis de ansiedad. Por otro lado, lo que caracteriza los ataques de ansiedad es el corto tiempo de instauración con respecto a la ansiedad normal. Un ataque de ansiedad alcanza su pico máximo en apenas unos pocos minutos, mientras que la ansiedad normal se caracteriza por ser más estable en el tiempo y tiene una fluctuaciones más lentas.
Un ataque de ansiedad suele seguir el siguiente esquema:
Primero se apodera de nosotros una sensación de terror o miedo incontrolable. A consecuencia de ello, los mecanismos de alerta de nuestro organismo se disparan de forma injustificada y llegan a un punto crítico difícil de alcanzar salvo en situaciones de riesgo vital extremo.
La ansiedad o el miedo originan una brusca descarga de catecolaminas (en otras palabras: adrenalina y noradrenalina), lo que aumenta nuestra frecuencia respiratoria y cardiaca. Por otro lado, nuestra presión arterial se dispara de forma considerable.
Experimentamos un aumento de la sudoración, las pupilas se dilatan y nuestros ojos se agrandan. Aumentan nuestros niveles de glucosa en sangre y nuestra actividad cerebral aumenta considerablemente. Aumenta el flujo sanguíneo y nuestros músculos se llenan de sangre.
Nuestro cuerpo se prepara para librar una batalla a vida o muerte y se ponen en marcha los mecanismos más primitivos de nuestro organismo: luchar o huir del peligro.
Habitualmente, el aumento de la frecuencia respiratoria conlleva una hiperventilación, lo que suele traducirse en una agravación de la mayoría de los síntomas.
La sensación que suele tener la persona es de estar ahogándose, sin embargo, en realidad está hiperventilando; es decir, está introduciendo demasiado aire en su cuerpo. Para calmar el ataque es necesario calmar la respiración. Esto se puede conseguir aprendiendo técnicas de respiración o respirando en algún lugar que nos permita reducir el volumen de aire. Por ejemplo: una bolsa limpia o la manga de un abrigo.
Para saber controlar un ataque de ansiedad, debes tener en cuenta algunos aspectos:
A continuación, expondré algunas estrategias que pueden ser muy útiles para ataques de ansiedad leves y esporádicos, pero recuerda que si se repiten de forma habitual, será necesario ir más allá e iniciar un tratamiento que pueda servirte en el largo plazo.
Es muy probable que sientas que no tienes ningún control sobre tus reacciones físicas cuando sufres un ataque de pánico, sin embargo existen algunas estrategias que te pueden ayudar:
Para casos en los que el ataque de ansiedad sea demasiado intenso y sientas que no eres capaz de controlarlo, te recomiendo las siguientes técnicas:
Recuerda que aunque estas estrategias no sirven a largo plazo, pueden serte de mucha ayuda para momentos puntuales. En caso de sufrir ataques de ansiedad recurrentes, te invito a que me contactes para una primera entrevista online gratuita en la que podremos buscar un tratamiento que se ajuste a tus necesidades.
Manejar la ansiedad puede ayudarte a evitar sufrir ataques de ansiedad. Destacamos las siguientes formas:
Atención por videollamada, Skype, Zoom o teléfono. La experiencia nos ha enseñado que la calidad del servicio no disminuye con respecto a la atención presencial. La calidez del vínculo que se establece entre cliente y psicólogo es la misma y el precio por sesión es menor. Además, ofrece las ventajas de una mayor adaptabilidad a los horarios y tiempo disponible del cliente y sus necesidades personales.