¿Te estás planteando acudir a una terapia de pareja? ¿Buscas ayuda profesional para ayudarte a ti y a tu pareja?
En mi consulta tendréis un espacio de escucha, libre de juicios personales y de exigencias. Un espacio de respeto y comprensión que os ayudará a superar vuestros problemas de pareja.
Atiendo a parejas que han decidido buscar ayuda profesional.
¿Tienes problemas en tu pareja y quieres solucionarlos?
Ayudo a parejas y a personas como tú, a recuperar el equilibrio emocional en su vida sentimental.
Una pareja es mucho más que la suma de dos individualidades, son sus interacciones, la evolución personal de cada uno, el origen y extensión familiar de ambos, el ámbito laboral, social, de salud de ambos, etc. Todo ello hace que una relación de pareja sea un entramado complejo que puede llegar a desajustarse, provocando conflictos que si no se resuelven pueden acabar disolviendo la pareja.
Es habitual que con el tiempo algunas parejas sufran un deterioro en su relación. Las discusiones se repiten más frecuentemente, provocando un malestar en la pareja y haciendo que la convivencia sea cada vez más difícil. En otras ocasiones el deterioro en la relación se debe a un distanciamiento afectivo, muchas veces provocado por la rutina diaria, lo que acaba por apagar la pasión.
Sea como sea, cuándo todavía existe el amor y las ganas de luchar por la relación, es una pena abandonar y echarlo todo por la borda. La terapia de pareja puede ayudar a solucionar todos estos problemas.
Como terapeuta de pareja realizo terapia de parejas en Madrid de forma presencial y online.
Para lograr mejorar la relación, se propondrán objetivos generales de la terapia para parejas que irán orientados a:
Es importante que tengas en cuenta que la terapia de pareja no tiene el único fin de mantener la unión de una pareja, y que en algunos casos, y como resultado de la terapia realizada, se puede llegar a la conclusión de que el mejor camino hacia el bienestar de cada uno es la ruptura. El acompañamiento y mi ayuda profesional en esta fase también forma parte de mi servicio de terapia para parejas.
Mi servicio de terapia de pareja consta de dos fases principales, a saber:
Se trata de la fase más importante de la terapia ya que será la que determine el tratamiento a seguir. Esta fase requiere de una implicación activa por parte de ambos miembros de la pareja.
La fase de evaluación consistirá en realizar unas entrevistas con ambos miembros. Evaluaré vuestra situación general, así como motivación para buscar ayuda; esto incluye las expectativas y las necesidades relacionadas específicamente con cada persona de la pareja.
Algunos de los aspectos que evalúo para el buen funcionamiento de la dinámica de la pareja:
La fase de intervención se inicia una vez finalizada la evaluación y aunque se darán ciertas pautas de antemano se trabajará de acuerdo a las necesidades detectadas en este proceso, así como promoviendo actividades que faciliten el encuentro no sólo dentro la consulta sino también fuera.
Como especialista de terapia en pareja, cumplo con la función de mediador estratégico entre tu pareja y tú para ayudaros a desenredar vuestros malentendidos y problemas de pareja acumulados con el paso del tiempo.
Con mi servicio de terapia para parejas en Madrid, podréis:
Para que la terapia de pareja sea efectiva, es importante que comprenda las causas de vuestros problemas, que derivan en una escasa comunicación, malestar emocional, etc. Para lograr un cambio duradero en la pareja, evaluaré vuestros puntos fuertes, de forma que se trabajen durante las sesiones para lograr los objetivos que se determinen al inicio de la terapia.
Las sesiones se suelen desarrollar en conjunto, aunque en ocasiones se pueda necesitar sesiones individuales con cada uno de los miembros de la pareja. De esta forma, puedo entender mejor el punto de vista sobre la relación de cada uno de vosotros por separado, evitando así cualquier tipo de coacción o contaminación del otro.
Valoro esta estrategia de forma personalizada en función de las necesidades de cada pareja. En ocasiones, optaremos por sesiones individuales, o bien en el mismo tiempo de sesión destinaré un tiempo a cada uno.
Si ya habéis llegado a una decisión irrevocable de separación, como psicólogo os puedo ayudar a negociar una separación que sea menos traumática para ambos.
Generalmente, las personas acuden a un psicólogo especialista en terapia de pareja cuando la relación se percibe como insostenible y la pareja ha intentado resolver los problemas por su cuenta pero ha fracasado.
Del mismo modo, las parejas acuden a profesionales cuando surgen problemas puntuales (fallos de comunicación, discordancia entre decisiones, etc.). En estos casos, es probable que los problemas de pareja se resuelvan de manera preventiva.
Cuando estos problemas de pareja provocan un estancamiento o insatisfacción en la relación, la terapia de pareja ofrece una segunda oportunidad ayudando a canalizar las buenas intenciones de cada uno en favor de la relación.
No se recomienda la terapia de pareja en casos de malos tratos, amenazas y/o violencia. Llegados a este punto, la recomendación es la de disolver la pareja y optar por sesiones individuales.
¿Buscas ayuda profesional para solucionar tus problemas de pareja?
Ayudo a parejas y a personas como tú, a recuperar el equilibrio emocional en su vida sentimental.
La primera fase de cualquier relación se caracteriza por sentimientos de intensa pasión, afecto y ternura. Estos sentimientos pueden durar un tiempo, pero finalmente debe haber algo más que lujuria si quieres que tu relación continúe; ambos necesitáis encontrar nuevos intereses y razones que os mantengan unidos.
Llegados a este punto, es crucial que ambos seáis capaces de desarrollar la intimidad. Es decir, debéis aprender a abriros completamente al otro, mostraros tal y como sois y poneros en manos de vuestra pareja con los riesgos que ello implica desde un punto de vista emocional. Es en ese momento cuando se crea un vínculo fuerte que va más allá de la pasión o el afecto y se convierte en una relación madura y consolidada.
A medida que vuestra pareja avanza, se afianza el nivel de compromiso, se consolida vuestra decisión de manteneros juntos y luchar por resolver vuestros problemas. Pero esto no es siempre así.
La convivencia requiere superar muchos retos y puede crear conflictos en una relación que acaban destruyendo el amor y hacen que sus miembros pierdan la ilusión. La frase “ya nada es igual” es una de las que más se escuchan en las consultas de psicología.
En El banquete (diálogo platónico escrito entre 385–370 a. C.), Platón, por boca del personaje de Diotima, nos dice que Eros (dios del amor), es hijo de Poros (personificación de la abundancia de recursos) y de Penia (personificación de la pobreza, la necesidad o la indigencia).
Eros es amante de la sabiduría. Sólo el que acepta su falta, el que no cree que lo sabe todo y puede con todo, podrá admitir su ignorancia y podrá aprender. Por ello necesitamos tanto de Poros como de Penia. Poros nos suministra capacidad (somos como nos amaron), pero también Penia nos conecta con nuestra vulnerabilidad y nos enseña a amar.
Existen todo tipo de factores, tanto personales como sociales, que pueden afectar la vida en pareja, resultando en conflictos que rompen la armonía.
Destacan los siguientes motivos:
Cuando uno asume el control y toma decisiones de manera unilateral sobre asuntos importantes de la vida en pareja (educación de los hijos, gestión de la economía doméstica, etc.)
Habitualmente provocada por la escasa expresión de afecto y detalles hacia la otra persona o por la existencia de límites y barreras emocionales que generan una profunda insatisfacción en uno de sus miembros.
Cuando existe un desbalance en la inversión que cada persona hace en la relación de pareja, en el grado de involucración en la misma para lograr que el otro sea feliz.
Provocada por la falta de deseo sexual o por disfunciones sexuales cuyo origen podemos indagar
Habitualmente acompañada o antecedida por un malestar o insatisfacción con el matiz que ha adquirido la relación.
Cuando uno de los miembros no contribuye suficientemente a la relación normalmente en lo que respecta a tareas domésticas que generan reproches y frustración.
Algunas creencias pueden ser buenas en una situación pero no ser útiles en otras. No podemos ser rígidos a la hora de afrontar una relación porque no hay dos personas iguales con las mismas necesidades. En el mismo sentido debemos analizar nuestras idealizaciones, pues en ocasiones están demasiado alejadas del suelo y no conjugan con la realidad.
Cuando se dan discusiones que no llegan a buen puerto y en las cuales se le da rienda suelta a la ira
Problemas provocados por familias invasivas que interfieren en las decisiones y la vida cotidiana de la pareja, lo que causa conflictos.
Cuando una de las personas no confía plenamente la otra y, como resultado, asume comportamientos posesivos que provocan angustia, inseguridad y opresión
Que no salieron a flote en un primer momento de la relación pero que, con el paso del tiempo y el roce cotidiano, comienzan a hacerse notar.
En ocasiones, por ser personas con muy diferentes puntos de vista, se hace muy difícil encontrar puntos en común para construir un proyecto de vida en pareja.
Aunque cada caso es único, y por esto mismo en terapia ofrezco un espacio totalmente libre para poder hablar, muchos de estos conflictos vienen por formas de apego inseguras con origen en la infancia.
El miedo inconsciente a la construcción de un vínculo que nos retrotrae a una infancia en que fuimos heridos, en que quizás nos sentimos desprotegidos, abusados, abandonados, quizás poco queridos, desolados o incluso traicionados. Sentiremos angustia y para defendernos tratamos de controlar a la pareja. Podemos sentir celos injustificados, tener apegos evitativos o excesivamente dependientes; y, en casos más extremos, conductas que autosabotean directamente la relación: coquetear con otros, infidelidades, acabar provocando las situaciones que precisamente nos da miedo que ocurran, etc.
Independientemente del motivo de consulta, existen casi siempre dos problemas fundamentales en la base de los conflictos de pareja:
Con el tiempo, cada pareja construye su propio “método” para comunicarse y tomar decisiones, pero no siempre es la mejor estrategia y acaba convirtiéndose en una fuente constante de conflictos.
De hecho, muchas parejas acaban enzarzadas en discusiones que no llevan a ninguna parte y son más destructivas que otra cosa. Estas parejas no escuchan con suficiente atención porque no hay un diálogo que conduzca a un entendimiento entre ellos.
La comunicación es siempre un reto muy difícil. Cada pareja ha de hallar la manera de tender un puente hacia el otro, para reconocer al otro y poder escucharlo. Nuestras emociones son siempre legítimas y están siempre ahí por algo; necesitamos poder canalizarlas de una manera no destructiva, comprendiendo su significado.
Las parejas no se mantienen únicamente con el cariño, responsabilidad o pasión. Para que una pareja funcione, cada miembro debe sentirse comprendido, apoyado y aceptado.
Hablamos de necesidades básicas que, cuando no están satisfechas, generan mucha frustración. Reprochar continuamente los errores del otro, cortar los sueños del otro, etc. provoca que a la larga haya un distanciamiento emocional que mina poco a poco la confianza y la ilusión.
La terapia de pareja tiene como objetivo resolver los conflictos, superar las crisis y reforzar los aspectos positivos de la relación. Sin embargo, es necesario descubrir el origen de estos conflictos, que a veces pueden llevar a dos personas por caminos diferentes hasta que finalmente vuelven a encontrar el equilibrio.
Cuando las parejas buscan ayuda para sus problemas relacionales, es importante que comprendan que sus problemas van mucho más allá de que una persona esté equivocada o sea mala. La verdadera causa de sus males puede encontrarse en sus experiencias pasadas o en las de sus padres, que pueden explicar sus patrones o comportamientos perturbadores que cada persona repite sin ser consciente de ello.
La capacidad de expresarse de forma constructiva es una habilidad importante que hay que aprender. Al mejorar nuestras habilidades de comunicación podemos pasar del modo monólogo -en el que sólo habla una persona a la vez- al modo diálogo. En última instancia, ambas personas aprenderán a respetar las necesidades de la otra persona sin dejar de mantener su individualidad.
La terapia de pareja es una forma eficaz de que las parejas trabajen juntas para superar sus problemas y salgan fortalecidas en todos los frentes como resultado de su conexión. La terapia de pareja también se centra en potenciar la responsabilidad, en conseguir que ambos miembros de la pareja acepten que el problema es entre ellos y que necesitará el trabajo de ambas partes si esperan encontrar una solución.
Una parte muy importante de esa responsabilidad será aprender a reconocer nuestras necesidades individuales y construir límites que el otro debe aprender a no traspasar. En todo vínculo se genera dependencia, el otro ya forma parte también de nosotros, pero esa dependencia no debe malograr nuestra autonomía, sino que debe conjugarse en equilibrio. Cuando ambos miembros de la pareja desean fuertemente crecer, juntos e individualmente, el deseo, la pasión y la ilusión se reavivan cada día.
Amar a otro implica esfuerzo y dedicación diarias. Implica ceder una parte de nuestro narcisismo para darnos al amor del otro en un vínculo que nos fortalece. Generalmente las personas hacemos lo que podemos, nunca la relación será como la idealizaste en tu cabeza, sino que será como materialmente pueda ser dentro de nuestras limitaciones. En el momento en que puedas reconocer tu parte limitante y vulnerable estarás listo/a para poder amar.
El conflicto entre una pareja suele ser cada vez más difícil de resolver ya que los problemas se agudizan con el tiempo y las dos partes acaban cayendo en un ciclo autodestructivo. Intentan resolver los problemas poniendo en práctica determinados comportamientos y actitudes que sólo acaban trayendo más perjuicios que beneficios; esto hace que cada miembro de la pareja acabe en una actitud defensiva y el diálogo constructivo sea cada vez más difícil.
Llegados a este punto, es fácil caer en la descalificación y la agresión hacia la pareja. Esto crea una atmósfera marcada por el resentimiento y la desilusión, en la que las respuestas negativas se suceden hasta llegar a la indiferencia, que marca el punto en el que el afecto se restringe cada vez más en la pareja y, como resultado, la insatisfacción se hace más fuerte de lo que se había visto antes.
La clave para romper este círculo vicioso es reconocer su existencia y adoptar comportamientos en su base, que a menudo están implicados emocionalmente o ni siquiera son conscientes de que estos comportamientos pueden ser la causa del problema. Darse cuenta de esto no siempre será fácil, pero con el esfuerzo de ambas partes y desarrollando formas más adecuadas de relacionarse ¡se acabará avanzando hacia un futuro más positivo!
El psicólogo de pareja se encarga de abrir los canales de comunicación que han estado cerrados, y de proponer diferentes formas de relacionarse. El psicólogo de pareja señalará todos aquellos comportamientos, actitudes, expectativas y creencias negativas que están intensificando los problemas dentro de la relación, pero también dispone de las herramientas de conocimiento necesarias para guiar a las parejas hacia patrones de comportamiento más satisfactorios para ambos miembros por igual.
Atención por videollamada, Skype, Zoom o teléfono. La experiencia nos ha enseñado que la calidad del servicio no disminuye con respecto a la atención presencial. La calidez del vínculo que se establece entre cliente y psicólogo es la misma y el precio por sesión es menor. Además, ofrece las ventajas de una mayor adaptabilidad a los horarios y tiempo disponible del cliente y sus necesidades personales.